Desde que Thomas Alva Edison construyó la primera central eléctrica en corriente continua en Pearl Street (Nueva York), comenzó la carrera en la construcción de contadores eléctricos que permitieran hacer la medida de los consumos eléctricos de los clientes; de hecho Edison inventó en el mismo año 1882 un contador de tipo electrolítico.
En España también hubo inventores de contadores. El contador de corriente continua que aquí se muestra, recibe el nombre de Vatímetro B y B y es una invención de D. José María Bueno y Oliver, jefe de la sección de contadores de la Sociedad de Electricidad de Chamberí, fundada en 1898 en Madrid por D. José Batlle y Hernández, con quien formó sociedad para su fabricación, patentándolo en España y en otros varios países. Montaron su fábrica en el número 134 de la calle de Fuencarral de Madrid. Fue autorizado oficialmente por Real Orden de 3 de enero de 1902. En 28 de agosto de 1905 se le autorizó otro modelo de corriente alterna que denominó BOLIVER, y con esta denominación se aprueban nuevos modelos en 1906, 1908, 1910 y 1913.
Este Vatímetro B y B funciona de modo análogo a un motor de corriente continua, cuyo inductor está en el estátor y está formado por dos bobinas alargadas sin núcleo de hierro. Este inductor constituye el circuito amperimétrico del contador y se conecta en serie con la instalación. El hilo de este devanado tiene la sección adecuada para soportar la máxima corriente para la que se emplee el contador. El inducido es un devanado de hilo delgado (gran resistencia) cuyo valor se aumenta con una resistencia adicional en serie y se conecta en paralelo con la instalación. El totalizador mide directamente la potencia que consume el usuario. Lógicamente este aparato de medida solamente era válido para aquellas instalaciones con consumo fijo, por lo que se incluía un sistema de medida del tiempo. Este tipo de contadores, que se denominan horarios, se abandonaron muy pronto, porque eran escasas las instalaciones que cumplían la constancia de la potencia, por lo que eran muy sensibles al fraude.
Este contador es un regalo de la empresa fabricante a la Escuela de Ingenieros de Caminos. De hecho en la Gaceta de Madrid núm. 342, de 08/12/1901, página 1010, aparece una Real Orden de agradecimiento del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes que dice lo siguiente:
Real orden dando gracias a D. José Batllé y D. José María Bueno por el donativo que han hecho a la Escuela especial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de un "Vatímetro B. y B.", de su invención.
Referencias: